CATEGORIA: Arqueología
Viaje al templo del Jaguar
En la selva sur de Campeche, a unos 95 kilómetros al oriente de Escárcega y a sólo tres kilómetros al noreste de Conhuás, este lugar conserva interesantes alegorías míticas logradas en estuco modelado y cronológicamente correspondientes al primer siglo de nuestra era. La ocupación de la ciudad maya ocurrió desde varios siglos antes y finalizó alrededor del siglo X.El nombre del sitio prehispánico se debe al arqueólogo campechano Florentino García Cruz, quien realizó el primer reporte del sitio a principios de la década de los 90, a raíz de varios reportes de saqueo. Lo llamó así para denotar "el templo" (kú) del jaguar (balam), refiriéndose a uno de los impresionantes motivos de estuco rojo.Balamkú es un asentamiento grande en el que se han realizado exploraciones, excavaciones y trabajos de restauración arquitectónica en varios conjuntos de edificios. García Cruz y Ramón Carrasco, del INAH, efectuaron los primeros estudios e intervenciones en el sitio, en especial de la extensión de la zona arqueológica y del complejo arquitectónico central.
En 1995 y años subsecuentes un equipo de investigadores franceses coordinado por Dominique Michelet y Pierre Becquelin laboró en el Grupo Sur.Balamkú, tiene una extensión aproximada de un kilómetro cuadrado, está integrado por tres grupos arquitectónicos: el Grupo Sur, el Central y el Norte, de los cuales sólo los dos primeros han sido excavados parcialmente.El grupo central de Balamkú está integrado por una treintena de inmuebles monumentales dispuestos alrededor de tres grandes plazas.
Únicamente se han explorado algunos edificios del sector oriental de ese grupo, en especial tres basamentos piramidales que quedaron unidos en sus costados por efecto de su gradual crecimiento (agregándoles volumen) a través del tiempo.Los basamentos delimitan, por el norte, una plaza con acceso por el sur. En éste último se han restituido varios elementos formando la entrada, al tiempo que se exploraron algunos aposentos adjuntos. Las excavaciones confirmaron la arquitectura predominante en Balamkú, propia del estilo Petén y desarrollada durante los primeros siglos de nuestra era.
También se verificó la presencia de elementos Río Bec (por ejemplo columnas de mampostería recubiertas con sillares bien labrados) en algunos edificios.El basamento piramidal del sector noroeste motivó el reporte original del sitio. Varias operaciones de saqueo habían desmantelado la última época, dejando al descubierto buena parte de una subestructura cuyo friso estuvo ornamentado con interesantes motivos de estuco modelado. Los elementos, además, conservan buena parte del color original, en especial el rojo pero también trazos diversos en guinda, negro y azul.Los motivos que atesora este edificio de Balamkú corresponden al friso de su fachada principal.
Se despliegan sobre los tres vanos de acceso y muestran, en términos simbólicos, aspectos opuestos y complementarios de la antigua cosmovisión maya.Originalmente, el sector inferior del friso estuvo ocupado por cuatro imponentes representaciones del Monstruo Cauac o Monstruo de la Tierra, una por cada punto cardinal. Alternan con imágenes de jaguares, animales asociados al Inframundo. La parte superior de cada Monstruo Cauac muestra una hendidura, el portal del cual surgen sapos en el costado izquierdo del espectador y cocodrilos del lado derecho. Los reptiles y los anfibios son criaturas que evocan la naturaleza húmeda y fértil de la Tierra; nos recuerdan el mar primigenio del que derivó el mundo mítico maya y representan la transición entre el ámbito de los dioses y el de los seres humanos.De las fauces de los anfibios brotan los sagrados señores, los gobernantes del periodo Clásico, sentados sobre tronos de piel de jaguar. A sus lados aún se aprecian tallos de nenúfares o flores, elementos que indican abundancia, lo cual indica que los altos funcionarios eran responsables de brindar abundancia y bienestar a los súbditos.
Los tocados de los dignatarios se hallan mal preservados pero debieron mostrar figuras zoomorfas alusivas a deidades. En conjunto, este friso de Balamkú muestra el surgimiento, de un mundo mítico, de gobernantes humanos estrechamente ligados a las deidades y a sus poderosos símbolos religiosos.Por lo que toca al Grupo del Sur de Balamkú, en su porción central sobresale un basamento piramidal de unos 10 metros de altura en cuyo derredor se distribuyen varios edificios de modo que conforman cuatro plazas. La pirámide fue construida durante el periodo Clásico Temprano (250-600 d. C.) y después fue cubierta por otra obra, hoy desaparecida, pero cuyos rellenos facilitaron la conservación del monumento actual. La parte superior es ocupada por un templo cuya fachada hizo las veces de un gran mascarón zoomorfo. El inmueble es un ejemplo temprano de este tipo de una fachada, y por ahora el único.
Este importante elemento arquitectónico, símbolo de la poderosa deidad Itzamná, evolucionó con el tiempo hasta cubrir totalmente la fachada de los edificios. Los ejemplos más ilustrativos y mejor conservados de dichas fachadas zoomorfas integrales pueden apreciarse en sitios como Chicanná, en el sur de la entidad, o bien en Tabasqueño, en la región Chenes del noreste de Campeche.El sector norte del Grupo del Sur de Balamkú podemos visitar algunos ejemplos de viviendas de alto rango; es decir construcciones de mampostería recubierta con sillares bien labrados e incluso formando cascadas de mascarones a los lados de las entradas principales. Varios de los aposentos cuentan con amplias banquetas. Las construcciones están distribuidas tomando en consideración los puntos cardinales y forman plazas rectangulares, con el típico patrón mesoamericana.
La zona arqueológica de Balamkú se localiza en el sureste del estado de Campeche, México, en el municipio de Hopelchén. El acceso al sitio se realiza por un camino pavimentado de tres kilómetros situado frente al poblado de Conhuás, en el kilómetro 93 de la carretera federal Escárcega-Chetumal (México 186).Para llegar desde la ciudad de Campeche, se conduce por la carretera federal 180 hacia el poblado de Champotón, de ahí hacia la localidad de Escárcega, donde finalmente se toma la carretera federal 186 con dirección a la ciudad de Chetumal; encontrando a la izquierda sobre el kilómetro 93 la desviación que conduce al sitio de Balamkú.
El tiempo aproximado de recorrido por esta vía es de tres horas.Desde Hopelchén se toma la carretera que conduce a la población de Xpujil, de ahí se toma la carretera federal México 186 con dirección a Escárcega, encontrando de lado derecho sobre el kilómetro 93 la desviación hacia el sitio. El tiempo estimado de viaje es de dos horas y media.En primavera llevar ropa ligera debido a que en esta época aumenta mucho la temperatura en esa área. En los meses de octubre a diciembre: usar repelente para insectos.