CATEGORIA: Ciudades Coloniales, Historia, Pueblos
Inmueble del siglo XVIII
El reducto de San José el Alto fue construido a fines del siglo XVIII, según una inscripción que aún se aprecia en su fachada que dice que se concluyó el 9 de agosto de 1792, esta obra se debe al Teniente de Rey, don José Sabido de Vargas, que ocupó el cargo entre 1784 y 1793. Años después, se observa este reducto a través de un plano elaborado en 1799 por Juan José de León, en donde se determina que su superficie es de 1,828.79 metros.San José el Alto fue levantado sobre el cerro que era conocido como de la Vigía Vieja, puesto de observación al que seguramente sustituyó, también es conocido popularmente como el “Castillo de las Tres Piedras” en alusión a las tres grandes lajas que se encuentran a un costado de la fuerza, hoy cubiertas en gran parte por el paso del tiempo.
Esta construcción militar contaba con dos auxiliares menores denominadas Baterías de Costa: San Matías y San Lucas, ambas cruzaban sus fuegos para defender las costas de barlovento, las de menores posibilidades de desembarco, aunque también sufrió algún ataque pirata.
En los cuartos habían lumbreras o claraboyas que cumplían con una doble función: iluminar los interiores y servir como troneras desde las que se defendía el foso, se llega a él a través de un camino de forma sinuosa, hecho de esta manera para evitar un ataque directo sobre la puerta.
El Fuerte de San José El Alto en Campeche, alberga desde diciembre del 2017 una colección inédita compuesta por objetos procedentes de contextos arqueológicos sumergidos en aguas marinas del Golfo de México y Caribe Mexicano, así como de ríos, lagos, lagunas, manantiales, arroyos, cenotes, cuevas inundadas, semi-inundadas y terrenos ganados al mar de la península de Yucatán.
Las investigaciones desarrolladas en estos espacios constituyen un acervo de gran valía para todos los mexicanos, la identificación y el registro de cada uno de los yacimientos paleontológicos, arqueológicos e históricos, son parte del gran rompecabezas cuyas piezas forman nuestra historia.
A través de las seis salas que conforman a este Museo, nos sumergiremos en diversas experiencias visuales, auditivas y emocionales que los espacios acuáticos nos ofrecen, apreciando las maravillas del patrimonio cultural sumergido de la península de Yucatán, desde los principales hallazgos sobre la prehistoria identificados en las cuevas inundadas, los restos culturales de la cultura maya y su relación con el agua recuperados en cenotes, los principales pecios identificados durante cuatro décadas relacionados a la navegación durante la época virreinal, para finalizar con los hallazgos más notables sobre la navegación a vapor y el desarrollo tecnológico paralelo.
Este recinto cuenta con la Declaratoria como Buena Práctica de la Convención UNESCO 2001 sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, la cual tiene como objetivo fomentar la protección de este Patrimonio mediante la apropiación y visibilidad del mismo.