CATEGORIA: Pueblos
Corazón de un pueblo místico
Las capillas durante la época de la colonia en México, fueron el eslabón más importante para poder imponer la nueva religión y someter a los pueblos indígenas. Si bien es cierto que este fenómeno se dio por igual en toda la República Mexicana, pocos son los casos que encierran tantos misterios y leyendas como en Tlayacapan, uno de los dos Pueblos Mágicos con que cuenta el estado de Morelos.En primer lugar, llama poderosamente la atención la cantidad de capillas que se construyeron, puesto que en una extensión de terreno relativamente pequeña, se encuentran concentradas 17 de las 27 capillas con las que cuenta el municipio en su totalidad. Las 10 restantes, se localizan en las afueras del Pueblo Mágico, hacia los municipios colindantes, si tomamos en cuenta que el número de pobladores no es el de una gran ciudad, aumenta la duda sobre la necesidad de construir tantas capillas.
Los arqueólogos suelen coincidir en que este tipo de construcciones solían edificarse sobre antiguos basamentos tradicionales de las culturas indígenas y una de las posibles explicaciones, por supuesto no confirmadas, es que dichas capillas se hubieran construido sobre pirámides, altares, centros ceremoniales o puntos de importancia para la cultura prehispánica que habitaba el lugar.
Otro de los misterios que ronda las capillas de Tlayacapan es la forma y ubicación de algunas de ellas. Por ejemplo, muchas están elaboradas basándose siempre en los números 4 y 9, haciendo una relación directa a los 4 puntos cardinales, las 4 estaciones del año o los 9 meses de gestación humana para dar a luz una nueva vida. De esta forma, hay 9 cuadras exactas de distancia entre la Capilla de Santa Anita al Norte del poblado y la Capilla de la Exaltación al Sur del mismo; por si fuera poco, la Capilla del señor Santiago Apóstol ubicada al Este, se encuentra también a 9 cuadras exactas de la Capilla del Rosario en el Oeste. Además, estas 4 capillas forman una perfecta cruz que atraviesa Tlayacapan dejando en el centro, el famoso exconvento en honor a San Juan Bautista donde hay que subir 9 escalones para llegar al atrio.
Los simbolismos y extrañas diferencias que contienen las capillas en la forma exterior todas ellas son diferentes, algunas completamente lisas, otras con relieves haciendo énfasis en los símbolos de la orden franciscana, pero también a elementos no comunes como la de Santiago por ejemplo, una de las mejor conservadas y donde se cree que contenía en su arco un reloj de sol o elemento calendárico como el de los antiguos pueblos prehispánicos.
En la de San Martín cuenta la leyenda que el emperador Carlos V de Alemania y I de España aportó una importante suma para su construcción y que por eso luce el águila bicéfala de los Habsburgo tanto en la portada como en el sotocoro. A pesar de haber sido edificadas casi al mismo tiempo, algunas de ellas están construidas en forma tradicional, mientras que los interiores de otras forman una cruz. En la Capilla de San Martín Caballero llama poderosamente la atención que lo primero que salta a la vista en su interior es encontrarse con el famoso símbolo masónico conocido como "el ojo de dios", lo que los antiguos egipcios crearon bajo el concepto del "ojo de Ra".
Mención aparte merece la leyenda que da origen a la capilla de la Virgen del Tránsito. Cuenta la leyenda que un día, pobladores de Tepoztlán, Pueblo Mágico vecino de Tlayacapan, decidieron acudir a un importante artesano en este lugar para que les ayudara a restaurar la imagen de su virgen. Después de algún tiempo, se dieron cuenta que la imagen se había restaurado milagrosamente sola, sin ayuda del artesano. La virgen fue llevada a Tepoztlán y unos meses después se dan cuenta que desapareció. Inmediatamente acusan de robo al artesano y parten a buscarlo a Tlayacapan, dándose cuenta que en su recorrido se alcanzaban a ver las huellas de la virgen, como si ésta hubiera cobrado vida y caminado sola hasta el pueblo vecino de Tlayacapan. Después de hallarla, los tepoztecos intentaron llevársela, pero no pudieron mover la imagen de la virgen del tránsito para ser llevada nuevamente a Tepoztlán y convencidos de que la virgen quería quedarse en este sitio, quedó grabada la huella den una enorme piedra que se encontraba en el maguey más cercano a donde se construiría su templo. Esta reliquia de 12 toneladas de peso es a la que se refiere la leyenda y es la piedra misma la que tiene la forma de la planta del huaracho del pie derecho de la virgen.