CATEGORIA: Arqueología
Tras las huellas de los Toltecas
El acceso principal al sitio arqueológico es por la carretera federal número 130 México-Tuxpan hasta la población de Teayo, pasando por Tihuatlán y Zapotillo, en el estado de Veracruz.En este lugar se encontraba una de las antiguas ciudades huastecas. Sus periodos de ocupación van de los siglos X al XII, y durante el periodo Posclásico Tardío se desarrolló en el lugar una fuerte influencia mexica. En el centro de la población hay un edificio de forma piramidal que conserva parte de su estructura completa, de la que destacan la escalinata y la estructura que remata al edificio, dedicada probablemente a un templo, y que es de las pocas construcciones de este tipo que se conservan en el área mesoamericana.En el pequeño museo de sitio se pueden observar esculturas encontradas en los alrededores, cuyos rasgos estilísticos acusan el culto fálico, tan difundido en algunas regiones culturales.Los pobladores que en el siglo XIX rehabilitaron Teayo, planearon su asentamiento alrededor del monumento de origen prehispánico, llamado El Castillo o La Pirámide que estaba en el corazón de la plaza central del poblado, por ello es conocida como Plaza de la Pirámide.
Castillo de Teayo es un basamento prehispánico de grandes dimensiones situado en el centro del poblado actual del mismo nombre. En los Lienzos de Tuxpan este lugar aparece representado con el glifo de Teayotlán. Su nombre proviene, etimológicamente, del vocablo huasteco teayo o teayoc, que quiere decir "en la tortuga de piedra". En este sitio confluyen varias tradiciones culturales, primero la huasteca, de los siglos X al XII, y la mexica, en el Posclásico tardío. De hecho, según los especialistas, la arquitectura del único edificio que ahora se observa es de filiación mexica, aunque el poblado también tuvo relaciones con los grupos toltecas del Altiplano mexicano.La cultura Olmeca-vixtoti se transformó en la cuexteca o Huasteca.
En relación con las sociedades maya y tolteca destaca su fuerte influencia en las esculturas del lugar. Sin embargo, hay otra versión que afirma que el estilo escultórico de éstas corresponde a una ocupación tolteca.La cultura huasteca se desarrolló al sur del actual estado de Tamaulipas, norte de Veracruz, oriente de San Luis Potosí y pequeñas áreas de los estados de Querétaro, Hidalgo y Puebla. Aunque esta regionalización geográfico-cultural no ha sido estable a través del tiempo, Castillo de Teayo queda incluido dentro de esta región.
Los huastecos se establecieron alrededor del 1000 a.C., hoy en día sus descendientes siguen ocupando, más o menos, el mismo espacio geográfico; aunque en su devenir histórico, ha ido incorporando y modificando influencia de otras culturas.Investigaciones arqueológicas, lingüísticas y de antropología física señalan una íntima relación con los mayas, ya que éstos ocuparon la costa del Golfo de México desde el segundo milenio a.C. Arqueológicamente, en la cerámica más antigua de la Huasteca, es evidente la relación con el área maya y las sociedades de Oaxaca.También se han encontrado nexos con la teotihuacana y la de El Tajín, ésta corresponde al periodo Clásico.
Los rasgos sobresalientes ocurren en el Posclásico, cuando surge una cerámica particular y diferente de las otras a las que se les considera, por sus características, como cerámica típicamente huasteca. La estructura prehispánica del Castillo de Teayo es de filiación mexica. Se ubica a este edificio como perteneciente a la cultura mexica del periodo Posclásico dado que las características arquitectónicas y estilísticas que presenta esta construcción hace indudable el enlace con el grupo dominante del altiplano central durante la segunda mitad del siglo XV (Posclásico Tardío).
El edificio está compuesto por dos elementos arquitectónicos: el basamento piramidal y el cuarto o habitación dedicado al templo, que se encuentra en la parte superior de la pirámide. El recinto está situado sobre la banqueta de nivelación, tiene forma rectangular, gruesos muros y está cubierto por una techumbre de palma a cuatro aguas. Este templo representa uno de los pocos ejemplos de habitaciones conservadas en el área huasteca. Tanto su piso como los muros conservan el revestimiento de estuco y se observan restos de pintura roja y negra.
La escalinata presenta ciertas peculiaridades, ya que se encuentra remetida en el bloque cuadrangular que se desprende de la cara oeste de la estructura, una característica que la distingue de las escalinatas propias de los basamentos de otras regiones mesoamericanas. De hecho, este remetimiento constituye una distinción o modalidad estilística en la arquitectura costeña. A la llegada de los españoles, los habitantes de Teayo habían emprendido la edificación de una nueva pirámide sobre la ya existente; sólo faltaba colocar las escalinatas que habrían cubierto a la que ahora observamos. Hasta hace poco, en los alrededores del Castillo de Teayo estaban varias esculturas monolíticas de variados estilos y con diversas representaciones, las que fueron trasladadas al museo local.