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Arquitectura neoclásica
Construida para sustituir a la primitiva parroquia de la antigua Villa de Culiacán, que a principios del siglo XIX era asiento ya del entonces Obispado de Sonora, y que según la visión del sexto obispo Dr. Lázaro de la Garza y Ballesteros, ese templo resultaba ya insuficiente para las necesidades que la sede episcopal requería.Es así como se emprende la obra, colocándose la primera piedra el día 22 de mayo de 1842.
Presenta una sobria fachada de cierto sabor neoclásico en donde resaltan los detalles en cantera sobre los muros lisos.
Su puerta de acceso es de arco de medio punto y sobre ella se ve una cornisa que sirve de apoyo para el arranque de dos ventanas del coro.
El remate es semicircular con adornos en cantera y una peana sobre la que se alza la imagen del protector de la Virgen, San Miguel Arcángel, venciendo al demonio.
La fachada poniente muestra la portada principal resuelta bajo un esquema muy sencillo, con un ingreso en cantería formado por un arco de medio punto que se apoya sobre pilastras jónicas, éstas son de fuste dividido en secciones cajeadas y enriquecidas con motivos florales.
El arco se exorna con dovelas también cajeadas y ornadas por flores, cerrando en una clave señalada con el anagrama de María. Y sobre ésta se hallan dos ventanas corales, de medio punto y enriquecidas con follajes y lacería.
Remata este sencillo imafronte el cuerpo del reloj, de forma semicircular interrumpido en dos recortes elípticos y enriquecidos por un cornisamento engalanado con follajes y rematado por una escultura en bronce del Arcángel Miguel.
La carátula del reloj es circundada por una sobria corona de guirnaldas.
Realzando la fachada, dos esbeltas torres de tres cuerpos cada una, los dos cuerpos bajos son cuadrangulares, abiertos por arcos de medio punto y cornisas enriquecidas con ornamentos gotizantes y retropilastras en las esquinas.
Del interior del templo catedralicio destaca la ornamentación neoclasicista de los paramentos, con grandes pilastras empotradas y sobrios entablamentos exaltados con metopas y triglifos, que hacen un sensible contraste con los exquisitos retablos neogóticos que se encuentran en las capillas del crucero.
Además de las notables escenas representadas en las pechinas que sustentan la estructura de la cúpula; allí cuatro figuras en alto relieve policromos personifican a los cuatro evangelistas.
El actual retablo principal es un agregado que se colocó en 1956, sustituyendo al original baldaquino ecléctico que exaltaba el presbiterio.