CATEGORIA: Pueblos
De arquitectura ancestral
El cerro de Trincheras o la Zona Arqueológica de Trincheras fue el centro rector de la Tradición Trincheras para el periodo Prehispánico Tardío (1300-1450 d.C.), por lo tanto, su ocupación fue contemporánea con la de Paquimé en Chihuahua.Esta zona arqueológica fue un asentamiento complejo que incluyó infraestructura agrícola, barrios de artesanos, residencias de elite, estructuras ceremoniales, observatorios astronómicos, recintos rituales, plazas y una población que excedió los 1000 habitantes.
Al construir terrazas, estos agricultores del desierto transformaron un elemento natural prominente en una creación humana que expresaba su organización social y sus creencias religiosas, logrando en la construcción de su pueblo un alto grado de monumentalidad e impresionante distinción, a más de una posición dominante entre el resto de las comunidades agrícolas contemporáneas del valle del Magdalena y sus alrededores.
El cerro de Trincheras fue un lugar central en el que sus pobladores lograron imponer una presencia monumental en el paisaje cultural del área, usando las terrazas para transformar un cerro naturalmente prominente en un elemento cultural, fue un pueblo agrícola complejo ya que los restos macro botánicos y el polen indican que se cultivaba maíz, calabaza y algodón, así como agave, que fue una planta importante no sólo como alimento sino también como fibra y para la producción de cestería y cordelería. Fueron excelentes artesanos de ornamentos en conchas marinas del Golfo de California.
Posiblemente por situaciones de conflictos internos en periodos de inestabilidad del medio ambiente, el centro rector no pudo sostenerse más allá de 150 años y el patrón de asentamiento que encuentran los primeros europeos es de aldeas dispersas en el valle a las que llaman "rancherías", cuyos habitantes son identificados como Pápagos.
El Cerro de Trincheras es un cerro volcánico que se eleva 170 metros sobre el nivel del suelo del desierto y se extiende por más de 120 hectáreas, los cerros volcánicos con terrazas en las laderas constituyen el elemento arquitectónico en el Desierto de Sonora, los muros de piedra que conforman las terrazas sobre las cuales las comunidades agricultoras construyeron sus casas, permanecen prácticamente inalterables, mientras que las evidencias de su arquitectura habitacional sólo han podido ser recuperadas en los contextos arqueológicos. Con una población aproximada de entre 1200 y 1500 habitantes y el trabajo invertido en su construcción, podemos decir que este pueblo fue un centro regional del Noroeste/Suroeste similar en complejidad, tamaño y población a cualquiera de los grandes asentamientos de toda esa área.
La característica más importante del sitio es la existencia de cerca de 900 terrazas, algunas de las cuales llegan a tener una longitud de más de 100 metros, con muros de piedras que varían en altura desde los 10 centímetros hasta más de 3 metros, la mayoría de las terrazas de los tercios inferior y medio son plataformas de uso habitacional que contienen las unidades domésticas, cada una de éstas incluyó al menos una casa tipo jacal, con paredes una estructura interna de ocotillo cubierta con lodo, lo que localmente se conoce como "ripiado" o bajareque, ripiadas de ocotillo, una ramada, y a veces un cuarto circular o cuadrangular.
Los elementos arquitectónicos más obvios e impresionantes son los muros que conforman las terrazas, aunque también existen rampas, veredas, estructuras circulares y cuadrangulares, además de los elementos mencionados, encontramos construcciones cuyo uso tuvo un carácter no doméstico, relacionado posiblemente con aspectos ceremoniales que involucraron a toda la comunidad o a segmentos de la misma destacando;
La Cancha: Estructura de forma casi rectangular con muros de cerca de 1.5 metros de altura construidos con rocas apiladas sin cementante. Presenta un acceso en su cara oeste y tanto por sus dimensiones como por su ubicación, es diferente de las terrazas de las inmediaciones. Mide 51 metros de largo por 13 metros de ancho y no debió estar techada. Contiene una estructura de planta circular en la parte media, cercana al muro norte, cuyo piso se encuentra a desnivel con respecto al del resto de La Cancha.
El Caracol: Elemento arquitectónico cuyos muros estuvieron construidos con rocas medianas de andesita sin argamasa formando una espiral que semeja el corte de un gasterópodo, de ahí su nombre. Presenta un pequeño cuarto oval adosado a su pared sur. Su ubicación, forma diferente y la gran calidad de su construcción sugieren un uso relacionado con prácticas rituales.