CATEGORIA: Ciudades Coloniales
Entre viejos muros y tejados
La tierra es roja, fértil y extensa, la tierra es roja, generosa, moldeable, de ahí, adobe para muros, madera para techos. Refugio de la raza que la habita. Los cerros que la cuidan el sueño del valle. Pocos son sus moradores. Duermen. La tierra avisa.Se oyen pasos… "los Chiapanecos prefirieron lanzarse de cabeza al río desde un risco de El Sumidero antes que someterse a las fuerzas españolas de Diego de Mazariegos quien, dice el relato, desalojó a los indios que aún estaban vivos y los asentó en un pueblo cercano, el actual Chiapa de Corzo que se conoció como Chiapa de indios. Al mismo tiempo, en marzo de 1527 o 1528, un pueblo aparte, reservado exclusivamente para los españoles, se fundaba, a más de una legua de distancia…" Todavía corre marzo y ya los españoles buscan un mejor lugar.En menos de un mes se trazan las calles y se distribuyen solares a los primeros vecinos.Se funda así, la Villa Real. Hoy San Cristóbal de Las Casas. Son leyes españolas, son las leyes de indias. Vendrán a organizar las nuevas sociedades hispanoamericanas. A controlar los pueblos conquistados. Se abre un espacio, surge la plaza, corazón de la nueva villa. A partir de ahí, se mira al oriente, al poniente, norte, sur. Se entretejen los caminos. Hay un orden. En la plaza comenzará la construcción de un templo, centro de religión y poder. Las órdenes misioneras han venido a evangelizar a los naturales. Ha comenzado la cristianización.Alrededor de la plaza mayor: el Recinto, ocupado por las familias españolas.
En la periferia, quedan los barrios de indios amigos de los españoles. Son los tlaxcaltecas y mexicas que han venido con ellos. Dos ríos son las barreras naturales que protegerán a la nueva ciudad que crece. Siglo XVI, durante este primer siglo de contacto la mayor atención estuvo dirigida a la construcción de monumentos religiosos. Inicialmente estos templos fueron edificados con un sistema rudimentario. Los españoles adoptaron un modo de construcción elemental. Los materiales empleados eran los de la región: el barro, la madera, la paja y la cal. No había arquitectos, eran artesanos que dejaban ver en sus obras la influencia mudéjar (estilo árabe introducido por los moros, de gran arraigo en el sur de España).
Algunos elementos góticos, renacentistas y platerescos no escaparon del diseño de estos constructores.Poco se conserva de este siglo, solamente algunos elementos aislados, como la portada plateresca labrada en piedra, de la casa de la sirena, ubicada cerca de la plaza mayor.Siglo XVII, es característico de este siglo una intensa actividad arquitectónica en San Cristóbal de Las Casas y en los pueblos indios aledaños. Se consolidan y sistematizan los estilos de carácter más duradero en los edificios religiosos. Comienza la construcción civil. Junto a esto, conviven aún algunos elementos precarios de la arquitectura del siglo XVI.
Los templos son de una sola nave, con excepción de la catedral, que presenta tres. Se construye por las etapas. Se levanta la nave de la iglesia, con su invariable techo de par y nudillo (estructura de madera cubierta de tejas), de forma piramidal y pintada. Le sigue el presbiterio o capilla mayor cubierta con una bóveda y mas tarde, la fachada que con frecuencia se levantaba de piedra. La combinación de dos tipos de techumbre en la misma iglesia es una tradición traída del sur de España. A finales de este siglo la influencia barroca proveniente de la Antigua Guatemala llega a San Cristóbal: aparece la fachada retablo, con órdenes arquitectónicos aplicados mediante la técnica mudéjar del ataurique (motivos florales y geométricos de yeso) sobre la superficie de las fachadas. Un ejemplo de este trabajo se puede apreciar en la Catedral y en la iglesia de Santo Domingo.La continuidad constructiva es característica de este siglo, donde las partes de un edificio son erigidas en diferentes épocas, y en otros casos son modificadas las más antiguas.
Entre los ejemplos arquitectónicos de este periodo podemos citar la iglesia y la torre del Carmen, la iglesia y el convento de Santo Domingo, la Catedral, el templo de San Agustín, la iglesia de San Francisco y los templos de San Nicolás, Cuxtitali y San Diego.Siglo XVIII, esta etapa está marcada por una decadencia constructiva, provocada por una severa crisis económica que azota a la región. Algunas estructuras antiguas se reparan o alteran atendiendo a las nuevas corrientes en boga. Es importante en esta época la influencia barroca de Antigua Guatemala. Ejemplos de construcciones de esta etapa son las iglesias de La Caridad y El Calvario, la Casa de Diego de Mazariegos y el arco pintado de La Merced. Siglo XIX y Años Posteriores, las tradiciones coloniales no se perdieron con la independencia de España.
Algunas variantes crearon un estilo neocolonial que perdura hasta la segunda década del siglo XX. Como muestra de esta variedad de estilos, surge el neoclásico trabajado por el arquitecto Carlos Z. Flores, quien retoma elementos de la arquitectura colonial, como es el patio central con sus cuatro corredores y propone para este esquema, una expresión neoclásica. Como los ejemplos más representativos de la arquitectura de esta época, citaremos el Palacio Municipal, la Escuela de la Enseñanza, el Teatro de la Ciudad, (actualmente en proceso de remodelación). La ciudad hoy, entre muros y tejados, templos y plazas, el tiempo se esconde. Allá afuera la ciudad respira áspera modernidad. Las fachadas lo saben y nos sonríen. Cornisas, pretiles que ocultan tejados, tejados que ingenuamente se asoman, molduras que enaltecen vanos, umbrales que en su fría sombra guardan patios. Espacio de luz y aire. Donde la tierra, aún es roja.