Símbolo de Monterrey
El Obispado, originalmente llamado Palacio de Nuestra Señora de Guadalupe, fue construido entre 1787 y 1788 debido a la iniciativa del Fray Rafael José Verger de contar con una casa de reposo y oración en Monterrey, está ubicado en la punta de la Loma de la Chepe Vera, llamada así porque a sus alrededores se encontraban las tierras de José Vera, esta loma es conocida actualmente como el Cerro del Obispado y el palacio también es conocido como el Palacio del Obispado.Este edificio, conocido comúnmente como el Obispado, tiene un gran valor histórico y arquitectónico. La primera restauración se realizó en 1946 y diez años después, en 1956, fue inaugurado como museo. Hacia 1998 se repusieron los corredores y las arcadas de la fachada principal y se decoró el interior de la cúpula del oratorio.
Después de la muerte de Fray Rafael José Verger y a partir de la Independencia, el Obispado se utilizó como fortaleza militar, teniendo un papel destacado en la defensa de la ciudad durante la Invasión Americana (1846), la Intervención Francesa (1864), la Revuelta de la Noria (1871) y la Revolución Mexicana (1913 y 1914).
El edificio, sin embargo, sufrió algunas modificaciones y pasó por épocas de completa ruina y abandono, siendo también utilizado como lazareto durante las epidemias de 1898 y 1903, y como cabaret en 1920.
El Obispado destaca por sus grandes dimensiones, así como por la solidez y altura de sus muros, la talla de su fachada principal en estilo barroco y su estípite (columna o pilastra copiramidal invertida) hacen resaltar la grandiosidad de la cúpula que posiblemente fue terminada entre 1853 y 1857.
El edificio está construido en piedra sillar, un material característico de la región, y es una de las pocas muestras de la arquitectura virreinal que aún se conservan en el noreste de México.