Conoce su historia
Ubicada en la comunidad de Fortín de las Flores se encuentra la ex hacienda de Monte blanco un sitio que sin lugar a duda a pesar de los años se puede apreciar parte de su estructura y una capilla.Fue construida en el año de 1618 después de la conquista y fue escenario importante sobre la historia de México, además de que también fue utilizada como cuartel por el ejército insurgente en la independencia de donde tuvo la participación de Guadalupe Victoria y Nicolás Bravo.
En la ex hacienda se cultivaba café, plátano, naranja y tabaco y los exportaban mediante el tren que pasaba en la estación el Huatusquito trasladaban los productos hasta Córdoba y posteriormente a la ciudad de Puebla o México.
Lo que hoy en día se ve como un simple camino de terracería que conduce a diferentes comunidades fue donde pasaba la vía del Huatusquito ya que por aquí pasaban los trenes llenos de productos y personas.
En la ex hacienda aún se puede admirar la arquitectura común de esa época, una fachada con arcos y ventanas grandes y su propia capilla, aquí vivían las familias dueñas de las tierras que se trabajaban.
Mediante las imágenes se puede realizar una remembranza sobre la historia es como caminar a través del tiempo aunque actualmente solo hay ruinas que dejan el recuerdo del gran esplendor que tuvieron.
Las ahora ruinas de la Hacienda de La Monte Blanco, cuentan con datos históricos que se narran desde 1816, se tiene registro que desde ese año, Guadalupe Victoria primer presidente de México en 1824, estableció un fortín en la cima del cerro de Iztatepec, nombre original de esta congregación presuntamente fundada por Totonacas desde el año 1117.
No obstante, este fuerte había sido construido años atrás pero no se tiene un registro real de ello, pues los documentos de su construcción fueron destruidos a cañonazos por españoles en noviembre del mismo año en que se estableció Guadalupe Victoria en 1816, quedando en ruinas sus instalaciones.
Más tarde fue ocupada y acondicionada por “galos” durante la intervención francesa en 1872, más tarde se desocupó al disolverse la ocupación y vuelve a tener incidencia en la historia de México cuando Porfirio Díaz llega huyendo a la hacienda durante la consumación del movimiento revolucionario en 1921 y la cual ya había sido comprada anteriormente por un europeo nórdico de apellido Braniff.
La última dueña fue Elena de Braniff y posteriormente durante el reparto agrario entre los años de 1926 y 1930, los propietarios tuvieron que huir por la sed de tierras que tenían los pobladores y entregaron la hacienda para ser distribuida en 1 mil 137 hectáreas, conformando con esto el ejido de Monte Blanco.
Durante el pasar de más de 200 años, la ex hacienda sólo fue salvada por los pobladores, pues en esta parte siempre se localizó una capilla que en el año 1900 fue remodelada de fondo y ahora se encuentra en buen estado.