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Una experiencia diferente en medio de la selva
Cada finca tiene su toque y aromar especial, y Cholula no es la excepción, el recorrido inicia con una gran diversidad de plantas exóticas en diferentes tonalidades, muchas de ellas curativas y bastante escasas de encontrar en la región.En este punto te puedes dar cuenta de las bondades de la naturaleza, que a cada paso te muestra su magia y poder en medio de la exuberante vegetación que por momentos los frondosos árboles cubren por completo la vista al cielo.
Conforme vas avanzando, te introduces en los plantíos de cacao, donde Manuel Antonio, el cuarto de la generación Riveroll, te muestra el proceso de desarrollo del árbol del cacao y las condiciones que requiere para crecer, se trata de una planta que necesita abundante sombra, por lo que en la plantación se pueden encontrar cedros, ceibas y otros árboles que ofrecen sombra alta.
También te explica el desarrollo del fruto del cacao, que crece a lo largo de todo el tronco y las ramas del cacaotero, el fruto sigue el proceso de botón, flor, chilillo y mazorca, las plantaciones en la finca también sirven como refugio a una familia de 27 monos saraguatos que se balancean entre las ramas y el follaje del samán, su sola presencia te hace vivir una experiencia diferente en medio de la selva, donde la naturaleza cobra vida y te muestra todo su esplendor para que la respetes.
El siguiente punto es la fábrica, donde Manuel muestra el proceso de elaboración, que es completamente artesanal y donde se excluye el uso de conservadores, saborizantes y colorantes artificiales, por eso los chocolates El Chontal se reconocen por su calidad, sabor, textura y aroma, gracias a las cualidades antioxidantes de la manteca de cacao, el chocolate se mantiene en perfecto estado por más de un año y de forma natural.
Como es una finca sustentable, es momento de visitar los viveros del cacao, un proyecto para conservar los recursos naturales del ecosistema cacaotal, también se muestran las enfermedades que puede sufrir el cacao, como la mancha café, el chilillo negro y moniliasis, el recorrido culmina con una gran experiencia, Manuel realiza, de manera artesal, la bebida de los dioses, el xocolatl, en el metate muele el cacao y la pimienta gorda con total destreza.
Después disuelve en agua achiote, agrega miel y amashito (chile piquín), todo lo integra en una olla de barro, mientras que con ayuda del molinillo lo empieza a agitar hasta que la espuma casi rebasa los bordes. Es así como logra darle vida a tan refrescante y exótica bebida, que se agradece después de un recorrido extenuante y caluroso.