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Rezo a los dioses Tzotziles
La gran nave, muy austera, está iluminada por centenares de candelas prendidas de todos tamaños y colores colocadas en el piso tapizado con hojas de pino y formadas en grupos de 20, 40 y hasta 100. Frente a estas ofrendas de luz yacen de hinojos decenas de tzotziles que rezan, hablan, sollozan, entran en éxtasis, gesticulan con la cara, manos y brazos, imprecando a Dios, a las vírgenes y a los santos. Sus diálogos son en voz alta, directos, fuertes, en lengua tzotzil y con absoluta convicción de que están entablando un intercambio directo con aquéllos.No es la plegaria musitada o en coro impersonal que se ve en iglesias de otras partes del país.Una vez cumplido el rito al santo de su devoción –o a varios, pues las candelas son ofrecidas a todos- los tzotziles se sientan a la vera de la nave a comer y beber, actos que complementan la ofrenda. "Venimos a pedir a los santos que curen a mi hijo. También les pedimos agua para la siembra, salud y trabajo. Lo hacemos en voz alta para que nos oigan y atiendan nuestro ruego", dice Margarita López, quien acudió al santuario con su madre y otros dos hijos pequeños.
Estos son los famosos ritos de San Juan Chamula, una de las expresiones de la cultura religiosa de México, en la que se manifiestan dos acusadas características del pueblo tzotzil: su cálida y viva relación con los entes divinos y su fuerte sentido de autonomía. La religión para ellos es un vínculo estrecho con Dios, su patrono Bautista y con Cristo que se expresa sin inhibiciones ni intermediaciones, de tú a tú y que, sin embargo, exige el más celoso respeto a su privacidad para mantenerla indemne a la curiosidad y las influencias externas.
La sólida praxis de su autonomía se manifiesta en su sincretismo abierto, pues en San Juan todo mundo sabe que en cada santo cristiano hay un antiguo dios tzotzil, que Cristo es identificado con el dios del Sol y que en su lengua se llama Manobel Tobel. También es de conocimiento común que la Virgen María está asociada con la luna y que los santos son hermanos de Manobel Tobel. ¡Por ello todos éstos son huéspedes en la casa del Bautista, donde se les ofrenda con danzas, flores, candelas, copal, alcohol y comida! El homenaje baile no se da dentro del recinto católico sino afuera, en la gran plaza el pueblo, donde caben cien mil personas y donde cada fiesta de carnaval se brinda la Danza de los Maxes por cuenta de decenas de grupos indígenas.
El año pasado el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC) del Conaculta colaboró para que adquirieran el vestuario un grupo de maxes capitaneado por Antonio López Patishtán, de la comunidad de Tihil.Las fiestas patronales de Chamula -San Juan, San Pedro y San Sebastián- están regidas por un sistema de mayordomías cuyas figuras de autoridad son mayordomos, quienes cuidan a los santos; capitanes, que se ocupan de las danzas; y alfereces, encargados de dotar comida en los banquetes.
En San Juan Chamula está prohibido grabar fotografías o películas del interior del templo del Bautista, de los ritos personales o de grupo que diariamente se realizan ahí y del viejo camposanto indígena que está a la entrada del pueblo. La infracción a esta regla cuesta la confiscación de la película y una multa de dos mil pesos o varios días de prisión en la cárcel municipal. Este celo por conservar su religiosidad, sus tradiciones, su lengua mayense, su florida vestimenta y su comida, forma parte del extraordinario sentido de independencia que los tzotziles tienen como grupo étnico y cultura indígena milenaria.
Los tzotztiles no han tenido que rebelarse o mantener un debate político permanente para hacer respetar sus usos y costumbres y mantenerse independientes, pero cualquier intento de intromisión en sus asuntos suele terminar en actos de violencia implacables. En Chamula, municipio formado por los barrios de San Juan Bautista, San Pedro y San Sebastián, la población es tzotzil y las autoridades civiles y religiosas son electas por las comunidades, ningún papel se mueve sin la decisión de éstas.
Las visitas al templo de San Juan y al Museo Tzotzil –construido este último en los años noventa por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (Coneculta) y la Unidad Regional de Culturas Populares- esta regulado mediante pago de cuotas al municipio y a las mayordomías. San Juan Chamula ocupa una pequeña meseta boscosa de 82 kilómetros cuadrados a 2,260 metros sobre el nivel del mar en la región de los Altos de Chiapas. Está a once kilómetros de San Cristóbal de las Casas y a una distancia similar de Tuxtla Gutiérrez.
La ropa varonil de los tzotziles compite en colorido con los huicholes del Occidente de México: usan calzón de manta corto, camisa blanca, un chamarro-jorongo de lana negra o blanca, huaraches y un sombrero adornados con listones pendientes rojos, amarillos y azules, emblemáticos del sol y el cielo. Recientemente con ocasión de la aplicación del horario de verano (5 de abril), Domingo Gómez Patishtán, dirigente de la organización Regiones Autónomas Pluriétnicas (RAP), refrendó el fuerte sentido de autonomía de los tzotziles: "Para nosotros esa hora nueva no sirve. Nosotros nos regimos con la hora vieja, con el reloj del sol, con la hora de Dios, porque el principal reloj del mundo es el sol", dijo el representante tzotzil.