Delicia gastronómica
Luego de la guerra de Independencia, en 1824 un grupo de británicos obtuvo la concesión de las minas de Pachuca y Real del Monte. Sin embargo, no sólo trajeron inversión a tierras mexicanas sino una de las preparaciones emblemáticas de la región: los pastes.La tradición data de los mineros que necesitaban un alimento nutritivo, fácil de comer y que se mantuviera caliente durante las horas de jornada. Los pasty -que con el tiempo tomaron el nombre de pastes- cumplían muy bien esa función.
Fue así que en las dependencias de las minas se construyeron hornos de tabique rojo, donde las mujeres del pueblo preparaban a los mineros los pastes para llevar.
La receta original dicta que esta especie de empanada debía llevar una trenza, con la cual los mineros sujetaban el paste para no ensuciarlo. Además, la masa debía ser flexible para que no se deshiciera en la boca.
La característica más importante es que el relleno se hacía a base de nabo, cebolla, papa y carne. Actualmente, en Hidalgo los pastes se rellenan de carne, papa, cebolla y perejil.
Con el tiempo, los locales comenzaron a rellenar los pastes con mole, tinga, picadillo o arroz con leche. Pero, como explica Don Ciro Peralta, quien prepara los tradicionales pastes desde 1975, “los originales son de papa con carne, el resto son empanadas”.
Otra de las diferencias importantes entre los pastes y las empanadas, es que los pastes se llevan al horno con el relleno crudo, mientras que las empanadas se hornean con el guiso ya listo. Para identificarlas, las empanadas solo se doblan a la mitad.
Uno de los lugares de mayor tradición es Pastes El Portal, un local ubicado en el centro de Real del Monte, Hidalgo. Allí, Don Ciro y su familia se encargan de preparar pastes y empanadas a doble turno con la insistente receta original.
El paste (del córnico “pasti” y en inglés “pasty” ) es un alimento de origen británico introducido a la gastronomía hidalguense. Hoy en día es un platillo típico de las ciudades de Real del Monte (oficialmente Mineral del Monte), y Pachuca, en el estado mexicano de Hidalgo.
Es un pan (en ocasiones hojaldrado) relleno de distintas combinaciones de ingredientes. Tiene un análogo en la cocina de otros lugares en las empanadas. Por siglos, los habitantes de Cornwall han rellenado sus pastes con todo tipo de ingredientes posibles, sin embargo, todos ellos coinciden en que los ingredientes del relleno deben estar crudos al momento de ser envueltos en la masa del pan; ésta es la principal diferencia entre un paste y una empanada.
El paste fue introducido a Hidalgo, junto con la minería y el fútbol por los ingenieros y las contratistas de Cornwall, Inglaterra que trabajaron en las minas hidalguenses en el siglo XIX.
Los pastes originales, de papa (patata) y picadillo de carne, guardan el calor y para la hora del almuerzo aún se conservaban calientes, la trencita de pan que tienen en un costado se usaba para sujetarlos y no la comían los mineros ya que no tenían oportunidad de lavarse las manos.
En la actualidad se ha modificado mucho el paste, pero aún existen pequeños locales que guardan la receta original y la verdadera esencia del paste tradicional.
Como sucede con el caso de la pizza mexicana; el paste pasó un proceso de adaptación en suelo hidalguense, hoy en día se tienen variedades de paste rellenos de platillos tradicionales de la cocina mexicana como el mole; ingrediente que se distingue en un sincretismo culinario muy peculiar.
Sin embargo, las combinaciones de tinga o mole son mejor descritas como una empanada, ya que sus rellenos son cocinados antes de ser envueltos en la masa.