Dedicado a las Artes Plasticas
Muestra varias obras maestras de la pintura mexicana, reconocidas mundialmente ha cumplido un importante papel en la investigación, recopilación y difusión de la actividad artística moderna y contemporánea.El Museo de Arte Moderno se inauguró el 20 septiembre de 1964, como emblema oficial de modernización y parte del programa político de institucionalización de la cultura que caracterizó a los gobiernos de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz.
En aquellos años, se abrieron también el Museo Nacional de Antropología, el Museo Anahuacalli, la Pinacoteca Virreinal (ahora desaparecida), el Museo de Historia Natural y el Museo de la Ciudad.
Para su apertura, las salas del MAM adoptaron un perfil historicista muy amplio, se destinó una sala para arte prehispánico y arte occidental, arte barroco del siglo XVIII y arte académico del siglo XIX.
Otra sala se dedicó a obras de José María Velasco, y una más a pinturas del Dr. Atl, José Clemente Orozco, Diego Rivera y David A. Siqueiros. Se reservó una sala para exposiciones temporales.
El programa inaugural del MAM presentó la primera gran exposición dedicada al entonces recién consagrado Rufino Tamayo. La decisión desató polémica y marcó una transición del dominio del muralismo y de la Escuela Mexicana de Pintura.
A una nueva imagen del arte nacional: lo moderno, en vínculo con lo internacional, sería la búsqueda rectora.
Años más tarde, en 1953, Carmen Barreda, la en ese entonces directora del Salón de la Plástica Mexicana y quien más tarde sería la primera directora del MAM, fundó un patronato con la visionaria intención de edificar un recinto destinado ex profeso a preservar, estudiar y difundir el arte moderno.
Aunque el proyecto tardó casi diez años en concretarse, el museo se inauguró finalmente el 20 de septiembre de 1964, construido por fin a iniciativa del entonces presidente Adolfo López Mateos.
El edificio y sus jardines se realizaron a partir de un diseño del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez en colaboración con Rafael Mijares, originalmente el proyecto comprendía también un auditorio y un edificio para servicios administrativos y bodegas.
Desde su apertura el MAM ha jugado un papel fundamental en la consolidación y difusión de un patrimonio artístico público, a través de su colección de arte mexicano moderno y contemporáneo.
Igualmente, a través tanto de las propuestas de los propios artistas como aquellas de los curadores, el MAM ha contribuido a definir y a afianzar tanto los discursos históricos de identidad visual, como a esbozar, de manera incluyente, contemplativa y siempre reflexiva, el panorama de la actualidad artística nacional.
Así pues, a lo largo de sus más de cuatro décadas de existencia, el MAM se definió como un centro legitimador, y sobre todo como un espacio de investigación y de reflexión, acerca de la escena plástica mexicana del siglo XX.
Aunque el museo está abocado principalmente a la creación nacional moderna y contemporánea, no por ello ha dejado nunca de mantener un vínculo activo con la escena actual y con la escena internacional.