La casa azul
Cuando uno profundiza en el conocimiento de la obra de Frida Kahlo y tiene el privilegio de conocer su hogar, se descubre la intensa relación que existe entre Frida, su obra y su casa.Al casarse con Diego Rivera, en 1929, ésta se convirtió en el principal hogar de la pareja que, con el tiempo, imprimió en ella su gusto particular, marcado por detalles populares y por la pasión de Diego por las culturas prehispánicas.
Su universo creativo se encuentra en la Casa Azul, sitio en el que nació y murió. Aunque al casarse con Diego Rivera vivió en distintos lugares en la Ciudad de México y en el extranjero, Frida siempre regresó a su casona de Coyoacán.
Ubicada en la calle de Londres 247, en uno de los barrios más bellos y antiguos de la Ciudad de México, la Casa Azul fue convertida en museo en 1958, cuatro años después de la muerte de la pintora.
Hoy es uno de los museos más concurridos en la capital mexicana: mensualmente recibe cerca de 25 mil visitantes, 45% de ellos extranjeros.
En esta casona se encuentran algunas obras importantes de la artista: Viva la Vida (1954), Frida y la cesárea (1931), Retrato de mi padre Wilhem Kahlo (1952), entre otras.
La casa perteneció a la familia Kahlo desde 1904 y en 1958 se convirtió en museo.
En esta casa, donde nació, vivió y murió Frida Kahlo, se pueden visitar sus habitaciones que contienen muchos de los objetos personales de la artista, como su cama, sus espejos, sus vestidos y sus libros. Además, dentro de su recámara se encuentran las cenizas de la pintora.
En la Casa Azul también vivió Diego Rivera durante su matrimonio con Frida Kahlo, y después de su divorcio permaneció allí, pero en habitaciones separadas.
Por eso, el museo cobija parte de la colección de arte prehispánico de Rivera, aunque la mayoría de las piezas de esta se encuentran en el Museo Anahuacalli.
Esta casa es historia en sí misma, ya que se convirtió en el centro de reunión de la vida bohemia de la ciudad de las décadas de los treinta y cuarenta.
En vida, Diego Rivera le pidió a Dolores Olmedo que cuando ambos murieran convirtiera la casa en museo, dejando todo abierto al público con excepción de un baño, el cual podrían abrir quince años después de su deceso.
Esos años se convirtieron en 50 y al abrir el espacio descubrieron miles de documentos, fotos, vestidos, libros y juguetes. Fue necesario acondicionar el inmueble de al lado para poder exhibir todos estos nuevos objetos.
El museo ofrece visitas guiadas dramatizadas tanto diurnas como nocturnas, éstas últimas amenizadas con jazz. Se recomienda comprar los boletos para estas visitas con anticipo ya que vuelan.