Arte virreinal
El Museo de Guadalupe se encuentra en el edificio que antes ocupaba el colegio de Propaganda Fide (Fe) de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas. Fue fundado por fray Antonio Margil de Jesús el 12 de enero de 1707, en lo que fuera primero ermita de Nuestra Señora del Carmen, después Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas y hospicio para los padres misioneros de Querétaro.Los Colegios apostólicos de Propaganda Fide (Fe) fueron establecidos por la orden franciscana para la formación de frailes, a través de una educación especial y sometidos a una severa disciplina. La vida del Colegio fue relativamente breve, pues el 1º. de enero de 1859 sus moradores deben desalojarlo como consecuencia de las Leyes de Reforma, aunque en realidad el abandono nunca fue total, ya que los frailes se fueron a vivir con los vecinos, y éstos, con la ayuda del pueblo, cuidaron que el lugar no fuera saqueado.
En 1918 se declaró monumento histórico y fue abierto como museo, conservando los muebles, objetos y pintura de caballete que pertenecieron al Colegio.
Actualmente cuenta con más de 800 piezas de arte virreinal (heredadas de lo que fue el Colegio) y diversas pinturas provenientes de otros conventos e iglesias de la ciudad de Zacatecas. Este acervo es considerado uno de los más ricos de la Colonia, ya que cuenta con lienzos de los grandes maestros del arte novohispano, como son: Miguel Cabrera, José de Ibarra, Nicolás Rodríguez Juárez, Cristóbal de Villalpando, Juan Correa, José de Alcíbar, Luis Juárez, por mencionar sólo a los más conocidos.
Destacan también obras de Antonio de Torres, Juan Nepomuceno Herrera y José Gabriel de Ovalle, así como una serie de cuadros anónimos que nos dejó impresa la manera de vivir de los zacatecanos en el siglo XVIII, al igual que la de los franciscanos moradores del Colegio.
Muy importante también es la biblioteca conventual, actualmente con más de 14 mil volúmenes que datan en su gran mayoría de los siglos XVIII y XIX.
Así mismo, un espacio sobresaliente por la originalidad de sus elementos decorativos y por su estado de conservación, es el coro con su sillería todas de cedro tallado en sus espaldares, y dorados en sus trechos, en cuyo centro hay altorrelieves con alegorías de la letanía lauretana.
En medio de Ia sillería, al fondo, destaca una escultura de San Francisco de tamaño natural con goznes. Arriba se encuentra una Guadalupana, y sobre Ias sillerías, en repisas, aún se conservan esculturas.
Los muros están decorados con óleos sobre tela, y en la parte del frente que da hacia la nave de la iglesia todavía se conserva el órgano que data deI siglo XVIII.
A partir de los setenta, por iniciativa de las autoridades deI INAH, comienza a ser recuperado el edificio para incorporarlo a las áreas que ya existían como museo.
En esta primera etapa se rescata la parte correspondiente al hospicio y se inicia Ia recuperación de Ia planta alta, logrando incorporar el deambulatorio, Ias salas de Arte Virreinal, de Santas y de Antonio de Torres, rehabilitándose principalmente la Capilla de Ia Enfermería.
Así, a partir de 1991 se inicia el proyecto de restauración integral, tanto del edificio como de la obra pictórica. En este trabajo han estado participando arquitectos y restauradores deI INAH, y su labor no ha parado hasta la presente fecha.
Actualmente, el 95% deI edificio ha sido recuperado, y se han logrado restaurar más de 1,000 m2 de óleo, concentrándose principalmente en los claustros de San Francisco y de Ia Pasión y la Escalera Regia. Igualmente se ha restaurado una buena parte de la obra que se encuentra en Ias bodegas, tanto óleos como documentos.
A pesar de todos los trabajos de intervención realizados en el inmueble se sigue respirando un ambiente conventual, ya que con Ias técnicas de restauración empleadas se conservó en mucho el espíritu del edificio. Tan es así, que la comunidad de Guadalupe sigue nombrándolo como el viejo convento que ocupaban los franciscanos.