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Antiguo Edificio
Ubicada en la Plaza principal, la iglesia de la Asunción, ahora llamada Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, es la iglesia más importante de Real del Monte.Este inmueble originalmente de adobe y tejamanil fue construido de mampostería y bóvedas en tiempos y a expensas de Don Pedro Romero de Terreros en 1762.
En la más tradicional y popular festividad realizada la segunda semana de Enero se incluye como hecho sobresaliente, la peregrinación que a lo largo de la avenida principal efectúa el gremio barretero, llevando sobre sus recios hombros las imágenes del Señor de Zelontla y la Virgen del Rosario, mientras el tronar de los cohetes hieren el espacio, la música de viento esparce sus singulares notas y la policromía de los juegos pirotécnicos iluminan la profundidad del cielo.
Quien llega a Real del Monte por las carreteras del Hiloche o la mina La Rica, distingue en su paisaje las torres del campanario de la parroquia, dedicada desde el siglo XVI a la Asunción de María.
Ubicados en cualquier punto de su accidentada geografía se aprecian. Una más alta que la otra, como si indicaran su antigüedad.
La de cantera gris es más joven, construida alrededor de 1848 para colocar el reloj donado por los trabajadores mineros; en tanto la más alta y robusta es obra de finales del siglo XVII o principios del siglo XVIII, contemporánea al momento de construcción de la parroquia, sobre planos del arquitecto José Durán.
La construcción del edificio, a cargo de los frailes Franciscanos, se inició en el año de1563, fue bendecida el 7 de Octubre de 1578 por Don Pedro de Moya y Contreras, 3er. Arzobispo de la Nueva España.
En general, la parroquia es un edificio sin pretensiones arquitectónicas y artísticas, aunque resulta de interés su portada lateral, integrada a la capilla penitencial, y el balcón en la fachada principal, donde se tenía un altar dedicado a la Asunción, pues durante el virreinato se utilizaba para la misa de los días de fiesta.
Su espacio interior nos ofrece la clásica planta de cruz latina, propia de las parroquias virreinales; en su crucero se levanta un casquete cupular de sencillas formas.
Es creencia generalizada que el primer Conde de Regla financió su fábrica.
Sin embargo, documentos del año 1725 desmienten tal versión ya que la describen como ahora la conocemos:
En el siglo XVIII la parroquia tuvo ocho retablos de madera dorada de las modalidades del barroco salomónico o estípite. Algunos se conservaban en 1883, pero otros se habían retirado con anterioridad, para dar cabida a sus actuales altares neoclásicos.
La parroquia conserva en su interior algunas pinturas de sus antiguos retablos.
Se distinguen seis pequeñas sobre láminas, a la manera de los tradicionales exvotos, firmadas en 1724 por Francisco de Hibas y que relatan un milagro de San Antonio de Padua.
En la Parroquia se establecieron diversas cofradías, tanto de españoles como de indígenas.
La archicofradía de la Santa Veracruz, fundada en 1584, fue la más famosa y rica de su tiempo ya que sus ornamentos frecuentemente se requerían para los oficios religiosos parroquiales.
El último templo de interés es la capilla donde se venera al famoso Señor de Zelontla. Originalmente la capilla estuvo dedicada a San Diego, cuya imagen, obra escultórica del siglo XVIII, se observa todavía arriba del ciprés del altar principal.
Se tienen datos de que la devoción por esta imagen que combina las advocaciones de Jesús Nazareno y Jesús el Buen Pastor existía a finales del siglo XVIII y se realizaba en una capillita ubicada en el barrio de Zelontla.
No obstante a las grandes muestras de culto de los mineros realmontenses, la capilla es una modesta construcción realizada a finales del siglo XIX. Los antecedentes acerca de esta capilla se tienen en el siglo XVIII y se habla de reparaciones en su techumbre que era de madera cubierta con tejamanil.