CATEGORIA: Iglesias
San Juan bautista
Esta ubicado frente a la plaza independencia. La construcción de la actual iglesia parte de un memorial del 9 de mayo de 1689. Destinada en un principio para uso exclusivo de los españoles, fue puesta bajo el patrocinio de la Virgen de Guadalupe con una imagen fechada el 12 de octubre de 1767 de autoría anónima.La iglesia es amplia, de construcción sólida y su aspecto es sobrio por su trazo de gran sencillez que le dan un toque señorial.
Al cerrar el siglo, en 1693 se inició la construcción de la nueva Iglesia Parroquial, misma que fue consagrada el 25 de julio de 1729 y dedicada al santo patrón de la ciudad, san Juan Bautista.
La Iglesia es un ejemplo clásico de la arquitectura religiosa de principios del siglo XVIII: naves amplias, de construcción sólida y de aspecto sobrio, en su interior guarda celosamente obras de arte, entre ellas una bella imagen de cristo crucificado, obra del artista sanjuanense Mariano Perrusquía. Además del mismo autor se encuentra una imagen sumamente hermosa de la inmaculada concepción.
No sabemos con exactitud la fecha de erección del curato beneficiado del pueblo de San Juan del Río, pero entendemos que ya existía desde el siglo XVI, cuando la época más intensa de la conquista del Reino de la Nueva España. La carencia de documento parroquiales o diocesanos no permite saber fechas de todo esto, pero se comprende por el hecho de que fue hasta el III Concilio Provincial Mexicano, celebrado en la ciudad de México en 1585, cuando se dispuso el arreglo de los archivo parroquiales, debiendo llevar desde ese tiempo el registro de todo aquello relacionado a la administración de los sacramentos y el gobierno interno de las parroquia y curatos seculares y regulares.
San Juan del Río era un curato administrado por clérigos seculares del Arzobispado de México, a cuyo arzobispo obedecían en todos sus asuntos de forma directa como prelado apostólico, pues a diferencia de los cuartos cercanos como San Mateo Huichapan, San Pedro Tolimán y Santiago de Querétaro, estos eran administrados a modo de doctrinas por los religiosos franciscanos de las Provincias del Santo Evangelio el primero y los segundos por la Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán, obedeciendo tanto a los provinciales en lo interior de sus conventos así como a los obispos, en el caso de tener cura de de almas. Los curas párrocos de San Juan del Río también eran ministros de indios, pero a modo de “beneficio”, porque debían ser proveídos con autorización del Rey de España como patrono de la iglesia católica en América y en todos sus dominios de ultramar.
San Juan del Río, era una parroquia asentada en un antiguo pueblo de indios otomíes, quienes pactaron la paz con los españoles desde la época de la fundación hispana del pueblo cristiano en el siglo XVI, por lo que durante los dos primeros siglos del gobierno virreinal su conformación social y política estuvo regida fundamentalmente por el gobierno indígena, organizado a modo de una República de Indios que se segregaron de la República de Indios de la Provincia de Xilotepec y Huichapan en el siglo XVII.
El dato más antiguo sobre un Cura Párroco se tiene con el Bachiller Miguel Izquierdo, de fecha 8 de junio de 1598, en una carta poder cuyo original obra en el Archivo Histórico de Querétaro (Vol 1, Fs. 257-v). (Mendoza, Muñoz Jesús, Las Fiestas de San Juan del Río en 1784, 1ra edición, Fomento Histórico y Cultural de Cadereyta, Serie de Historia Vol. VI, 2006).
Cabe hacer mención que en datos actuales del Arzobispado de México, y que se mencionan en Peter Gerhard, Geografía histórica de la Nueva España, UNAM, 2000 1ra edición; se nombro un cura secular para San Juan del Río, hacia el año de 1575. Los datos se obtuvieron del Archivo de Indias en España y del Archivo General de la Nación.