Emblemático edificio clásico
Es en el mes de abril de 1871 cuando se inicia la construcción del Teatro bajo la iniciativa del Administrador Principal de Rentas Don Juan Mañón, con la ayuda de la Tesorería Municipal, y una junta de accionistas de los principales vecinos de la ciudad.A los dos años en 1873, se termina la construcción en paredes de adobe y techo de tejamanil, esperando solamente su estreno, sin haber pensado aún el nombre para el mismo, una magnifica casualidad solucionó los dos asuntos, ya que era el tiempo en que la soprano mexicana Ángela Peralta asombraba a México con su voz maravillosa, encontrándose en esas fechas, en el estado de Guanajuato.
Se acordó así por los encantados vecinos que fuera ella quien inaugurara poniéndole su nombre en recuerdo del gran acontecimiento, la Peralta aceptó agradecida y a fines de Abril se dirigió a San Miguel, siendo tanto el entusiasmo que causó al llegar a la ciudad, que al llegar al paso denominado de las Cachinches, a orillas de la ciudad, la plebe arrancó las mulas del carruaje para servir de tracción en el que venía el famoso Ruiseñor Mexicano.
Después del estreno del nuevo teatro Angela Peralta, todas las compañías que iban a los estados de Guanajuato, Querétaro y otros cercanos a esta población, actuaban también en San Miguel, además de la compañía permanente de aficionados que formó don Jose Manuel de Sauto en 1880.
En 1886 se le hizo al teatro la primera reparación, con la cooperación del pintor y decorador Don Nicolás González Caballero, reparación que se hizo a encargo de la compañía de los aficionados, que estuvo compuesta de los siguientes vecinos: Ma. Dolores Cadena, Soledad Ibiescas, Josefina Nava, Don Rafael Ortiz y Ma. Guadalupe Caballero que fue la primera tiple, María Garibay, Mari y Eugenia Vélez y otras.
Como tenores Don Alberto Sautto y Fermín Olivares y el famoso tenor cómico Don José Luz Guerrero, el barítono fue Don Francisco Bermúdez y los bajos Don Rafael Ortiz y Don Rafael de la Poza, dirigiendo la orquesta Don Luís de la Canal.
El jefe político Don Vicente Gutiérrez acondicionó el techo de lámina, bajo el cual alcanzó grandes triunfos la famosa Esperanza Iris, y, por último, en 1915, siendo jefe político Don Antonio Abarca se le construyó la actual fachada, bella obra llena de armonía, sencillez y buen gusto, de estilo clásico, que dibujo el claro talento y la gran disposición artística del humilde maestro albañil Don Antonio de la Sierra.