CATEGORIA: Historia
Visita al Teatro Juárez
A tan solo 20 minutos del Distrito Federal, vía aérea, se encuentra el Estado de Guanajuato y gracias a su excelente infraestructura carretera, una vez que usted desciende del avión, en tan solo 25 minutos vía carretera, llega a la colonial Capital del Estado; Guanajuato.Cuyos habitantes se caracterizan por ser amigos del turista y excelentes anfitriones. Conozca esta ciudad llena de cultura, historia, tradición minera y peculiar Arquitectura. Con su arribo al poder, los liberales triunfadores sobre la reacción, imprimieron su propio camino a nuestro destino histórico.
En Guanajuato nuevamente floreció la minería e industrias conexas. Hubo paz y seguridad para la inversión financiera. Sobrevinieron nuevas bonanzas mineras y nuevas necesidades que satisfacer, entre otras, las de tipo cultural. Surgió la idea de erigir un nuevo teatro conforme a las exigencias y pretensiones del momento.
El 5 de mayo de 1873, las máximas autoridades estatales colocaron la primera piedra del futuro teatro y se seleccionó como lugar para la edificación el terreno que ocupaba en esa época el Hotel Emporio y Plaza de la Constancia, sobre los vestigios del convento de los frailes dieguinos, de muy grata memoria para la comunidad guanajuatense.
Desde su inauguración, en el año de 1903, ha sido el centro y la sede de las manifestaciones artísticas mas importantes de la ciudad de Guanajuato y su entorno regional. Después de mas de noventa años de concluida su construcción, el majestuoso teatro todavía se yergue orgulloso, mostrándose a propios y extraños como fiel custodio y paradigma urbano de esta ciudad.
El edificio hubo de levantarse en un predio en el que siglos antes se había edificado el primer convento de franciscanos descalzos o dieguinos; La fundación de la que sólo han sobrevivido el barroco templo de San Diego y las capillas anexas del Santo Cristo de Burgos y de la Inmaculada Concepción.
En esas épocas en que los murmullos de los muros centenarios eran casi ignorados, los intereses económicos no menos crueles que los picos demoledores ocultaron en el (último tercio del siglo XIX todo vestigio del antiguo claustro para albergar el nuevo hotel Emporio. Cuando fue adquirido por el gobierno del estado, bajo la administración de Florencio Antillón, a efecto de levantar en ese sitio un nuevo teatro, ya que el viejo coliseo de la subida a la plazuela de Mexiamora resultaba a todas luces insuficiente y mas años después del terrible incendio que en 1921 construiría totalmente el antiguo local; edificio que fungió como sede de las representación es dramáticas y de entretenimiento a lo largo de 133 años en la ciudad de Guanajuato.
Al igual que en el resto de nuestro país, el siglo XIX se prolongó en Guanajuato hasta la primera decena de la siguiente centuria, bajo las administraciones estatales fieles al régimen de Porfirio Díaz. En ese entonces, la ascendente burguesía nacional forjada a lo largo de los años anteriores deseaba verse y ser vista, no solamente para formar parte del espectáculo sino para convertirse además en reflejo de si misma: opulenta, rica y próspera, gozosa de la paz porfiriana proclamada por el régimen y mantenida a costa de endebles sustentos.
Esta nueva sociedad identificó al teatro como el centro primordial del encuentro social, señalando al recinto como el sitio en el que podían establecerse los vínculos necesarios para la integración y diferenciación de las correspondientes esferas socioeconómicas. El nuevo teatro de Guanajuato sería un espacio idóneo donde podrían satisfacerse esas condicionantes sociales, así como la creciente demanda de espectáculos artísticos tanto nacionales como europeos; entre ellos, los que tuvieron origen francés eran los predilectos de los espectadores.
El teatro habría de volverse una apreciada realidad cuando se llamó a los mejores artistas de la nación para elaborar el proyecto arquitectónico y sus complementos ornamentales. José María Noriega lo soñó imponente, trazando un espléndido pórtico clasicista que seria el reflejo de la opulencia guanajuatense del porfiriato. Aunque el Teatro Juárez se inauguró en los tiempos de esplendor de la ciudad, también sufrió con ella sus malas épocas, tales como la terrible inundación que asoló el asentamiento en 1905 y sobretodo los estragos que ocasionó en la economía la revolución armada de 1910.
Después del movimiento guerrero, la ciudad se empobreció cuando sus habitantes perdieron las fuentes de trabajo, emigrando a otros sitios más prósperos y abandonando no sólo sus casas sino también cada una de las historias particulares que les ligaban con el terruño guanajuatense.
No obstante que el edificio del teatro se levantó como una intrusión arquitectónica importante en el entramado urbano de la población, el diseño del teatro fue realizado con gran acierto, ya que su escala y proporción con el resto de los edificios colindantes han sido logradas de excelente manera, integrándose fácilmente en la unidad arquitectónica de la calle Sopeña, a pesar de las extravagancias eclécticas de que hace alarde su espléndido pórtico, así como de la presencia constante de su trascendental vecino y rival plástico: el templo de San Diego de Alcalá, testigo incomparable del esplendor final del barroco de la ciudad de Guanajuato.
El pórtico del Teatro Juárez es sin lugar a dudas el espacio mas representativo del inmueble. Basta con dar una mirada a sus elementos para comprobar que es también uno de los ámbitos con más vida dentro del contexto urbano inmediato. Sus amplias graderías y su magnífica columnata rebosan de actividad no sólo durante las representaciones artísticas del teatro, sino también durante cada una de las tardes de todas las estaciones, cuando son visitadas por cientos de personas que las utilizan como punto de reunión social y convivencia, dotándolas de una bulliciosa y alegre vida que no pudo haber sido imaginada por sus diseñadores originales.
Separada del vestíbulo por un par de columnas toscanas de cantera verde, muestra además varios canceles de madera con cristales franceses que aíslan el espacio privado del público para impedir la mezcla de sonidos y de personajes. El interior del recinto cuenta con un excelente mobiliario de madera labrada, formado por barra, contrabarra, estanteria y alacenas, realizadas con el mismo material y articuladas por espejos y cristalería inserta en la estructura de madera.
En el espacio rectangular que se encuentra opuesto al ámbito de la cantina, es decir, en el costado recíproco del vestíbulo, se localiza la gran escalera de honor que comunica este último espacio con el foyer de la planta superior. La estructura de la escalera está hecha completamente de acero, tanto peldaños y peraltes como descansos y balaustradas.
El elemento se desarrolla desde una gran rampa central, compuesta de dieciséis escalones, que terminan en un primer descanso desde el que parten en direcciones contrarias dos escalas mas, formadas por seis peldaños que concluyen su ascenso en sendos descansos donde se aprecian dos espléndidas esculturas de mármol conocidas popularmente como las odaliscas, pero que son en realidad dos representaciones alegóricas de la danza y la música.
En el interior, en la planta baja hay un vestíbulo conformado por columnas de fuste liso y capitel decorado con guirnaldas, del lado izquierdo hay un bar-mostrador cuyo mobiliario está completamente labrado en madera, lo mismo que la taquilla; de ésta sobresale un reloj antiguo.
Del lado derecho, una escalera con barandal, ambos metálicos, de tres rampas y descanso, en éste último sobresale un gran cuadro al óleo con el escudo de Santa Fe de Guanajuato y dos esculturas de musas en mármol blanco sobre pedestal. Complementan la decoración de este espacio, esculturas en bronce albergadas en nicho de arco de medio punto.
El vestíbulo conduce a un área conocida como salón fumador, cuya cubierta al igual que el de las escaleras, es a base de artesonados de cuyo centro penden candiles metálicos en forma de lira; los muros están decorados con hojas de acanto en relieve.
En esta área encontramos ocho esbeltas bases tipo pilastras estípites en bronce sobre las que descansan esculturas de: Dante, Camoë ns, Mozart y Gretoy, entre otras; asimismo, se aprecia un gran espejo cuyo marco en dorado presenta relieves vegetales.La cubierta de este recinto es de acero con artesones; la iluminación es a base de candiles metálicos en forma de lira.
El decorado sobre el gran arco del telón de boca es el panorama de la ciudad oriental de Constantinopla. El auditorio tiene cinco niveles con barandales de hierro; en el foyer, muebles con tapiz rojo y bordado en oro.
Este teatro es el principal escenario del Festival Internacional Cervantino. Aquí se realizan diversas actividades artísticas, como obras de teatro, ballet, conciertos musicales, exposiciones de pintura y fotografía. Recuerda que los mejores hoteles en Guanajuato están en Despegar.com