CATEGORIA: Pueblos, Arqueología
Un encanto Otomí
Proviene del náhuatl Temoayan, que se compone de los vocablos Temoaya, derivado del verbo temo: “bajar o descender” y de yan, que es el efecto de la acción; por lo tanto Temoaya significa: “Lugar donde se desciende” o “Cuesta abajo”. El escudo está compuesto por el ideograma de tepetl “lugar, sitio o cerro” y el de otli “camino”, donde las huellas del caminante se hayan descendiendo para indicar que se trata de un “lugar de bajada”.Fue construido con la finalidad de recrear, proteger y preservar la cultura y tradición Otomí. La construcción evoca el estilo prehispánico, tiene una terraza a distintos niveles, escalinatas, esculturas, plazoletas, murales y un maravilloso museo dedicado a la difusión para el conocimiento de esta etnia.
El complejo se compone de un recinto ceremonial un museo, mercado de artesanías con las obras más emblemáticas de la zona, cabañas, un lago y espacio para acampar.
En la parte central está decorada con el símbolo del sagitario compuesto por tres llamas formando un círculo con una serpiente. La simbología se utilizó tal y cual como lo hacían nuestros ancestros prehispánicos, cada una de los elementos representan algo del universo.