CATEGORIA: Ciudades Coloniales
La magia en los pequeños rincones
Tepotzotlán es un pueblo tranquilo que guarda el toque de provincia a pesar de estar a unos cuantos kilómetros de la Ciudad de México, entre los espacios más disfrutables están la Plaza de la Cruz, cuyo valor radica en la cruz atrial de piedra labrada con imágenes de la Pasión de Cristo.Se trata de un pueblo encantador, con calles empedradas, típico mercado y rincones cautivantes por su ambiente provincial.
Sencilla y bella, Tepotzotlán es una comunidad mexiquense que preserva su proyección colonial y además, posee una de las joyas más admirables de la cultura virreinal en nuestro país: el ex convento de novicios de los jesuitas, en el cual, destaca el admirable templo dedicado a San Francisco Javier.
El ex Convento de San Francisco Javier, cuya fachada ha sido llamada alguna vez “la joya de la corona del arte churrigueresco en México”.
Los franciscanos comenzaron una labor evangelizadora en la antigua comunidad otomí de Tepotzotlán y para ello, en 1670, se comenzó la construcción de este notable edificio. Y aunque los trabajos concluyeron en la primera parte del siglo XVIII, en 1760, aun fue modernizada su torre, fachada y algunos retablos de su interior. Este colegio franciscano estuvo activo hasta la expulsión de los jesuitas, acaecida en 1767. Tras un periodo de administración secular, volvió a poder de los jesuitas hasta 1914, cuando estos últimos, finalmente lo abandonaron.